La primera ciudad para pandemias del mundo contará con edificios que generarán su propia energía, huertas cuyos alimentos se podrán adquirir directamente del supermercado, enormes terrazas con balcones amplios orientadas al sur que permitirán el teletrabajo e impresoras 3D con las que poder producir todo tipo de objetos, por ejemplo mascarillas.
Por ahora, la mini ciudad es solamente un proyecto, pero las autoridades chinas esperan poder desarrollarla en un futuro cercano en Xiong’an, a cien kilómetros de Pekín.
«No podemos seguir diseñando ciudades y edificios como si nada hubiera pasado. En los últimos tiempos están ocurriendo fenómenos de escala mundial que nos obligan a repensarlo todo. Nuestras propuestas nacen de la necesidad de aportar soluciones a las diversas crisis que está viviendo nuestro planeta”, apunta Guallart, el ideólogo de este insólito proyecto.
Las cuatro manzanas en las que se edificará el proyecto estarán construidas de madera, de acuerdo con los principios de la nueva bioeconomía circular y se estima que los edificios reducirán un 80% el consumo de energía respecto a los normales.
Titulada “la ciudad autosuficiente”, este área residencial dispondrá a sus vecinos de todo aquello de lo que precisen sin temor a que una nueva pandemia provoque una escasez de los productos, como supermercados autoabastecidos o espacios de coworking, además, todos los bloques estarán equipados con invernaderos para producir alimentos de consumo diario y en las plantas bajas de los domicilios habrá impresoras 3D que se conectarán mediante redes 5G que permitirán, su vez, conectar a sus habitantes entre sí para favorecer la comunicación.
Con su innovador proyecto, este arquitecto valenciano acerca a China a un futuro acelerado a causa del impacto del Covid-19 pero, si demuestra ser eficaz, podría convertirse en un modelo para urbes de todo el mundo.