200 g de manteca pomada.
100 g de azúcar mascabo.
100 g de azúcar negra.
3 huevos.
Esencia de vainilla.
Ralladura de una naranja.
100 g de pasas de uva negras.
100 g de pasas de uva rubia.
100 g de ciruelas pasas.
100 g de higos disecados.
Una estrella de anís.
Una taza de coñac.
400 g de harina leudante.
Una cdta de polvo para hornear.
Una cdta de bicarbonato de sodio.
2 cdta de canela.
Un clavo de olor rallado.
Una cdta de nuez moscada.
100 g de nueces.
100 g de avellanas.
Una taza de leche.
Coñac (extra por si falta humedad).
PARA EL ALMÍBAR
Media taza de azúcar blanca.
Una taza de agua.
PARA EL GLASÉ
Una taza de azúcar impalpable.
¼ taza de leche.
Procedimiento
Con ayuda de una batidora, cremar la manteca pomada con las dos azúcares e ir integrando los huevos, de a uno. Saborizar con la esencia de vainilla, la ralladura de naranja y el jengibre rallado.
Desde la noche anterior, remojar las pasas de uva, las ciruelas y los higos con el coñac y saborizar con la estrella de anís. Picarlos y añadirlos al cremado de manteca.
Integrar todos los ingredientes secos, harina, polvo para hornear, bicarbonato, canela, clavo de olor y nuez moscada. Agregar ahí los frutos secos, nueces y avellanas picadas.
Integrar los secos a los húmedos en tres veces. Agregar un chorlito de leche y de coñac. Poner la preparación en un molde enmantecado y enharinado, y cocinar en horno a 160° durante una hora apróximadamente.
Mojar la torta con un almíbar luego de la cocción. Bañar con el glasé.