La naturaleza nos ofrece el mejor bastidor para transformar sus elementos en obras de arte. Eso es lo que vio James Brunt; una belleza inigualable en cada objeto natural. Es así como se lanzó al mundo embelleciendo playas y bosques con sus mandalas naturales, obras de arte efímeras donde su materia prima son objetos que encuentra en su territorio nativo: Yorkshire, Inglaterra.
En esta forma de arte tan original se elaboran patrones detallados, texturas y formas utilizando múltiples estilos de un mismo material. Brunt recoge ramas, rocas y hojas y las arregla en mandalas, espirales y círculos concéntricos. Cuando termina su trabajo lo fotografía y lo vuelve a entregar a la naturaleza, para que ella haga uso de esos materiales como le plazca.
James Brunt es muy respetuoso del medio ambiente que lo rodea, y toma en consideración muchas cosas antes de realizar una obra de arte en algún lugar. Elaboró un código, con 6 puntos, que lo guían para respetar al máximo los tiempos y lugares de la naturaleza. Por ejemplo, no saca rocas de su hábitat natural para trasladarlas a otros lugares o se contacta con reservas naturales para consultarles antes de realizar alguna obra allí. Tampoco realiza ningún tipo de trabajo sobre el agua.