“Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.” Escribía Nabokov en la novela que vio la luz en 1955, sin saber que estaba originando el piso de la película de Stanley Kubrick que en los años 60 conectaría, para siempre y sin vuelta atrás, el personaje de Lolita con un accesorio de marca registrada: las gafas de sol en forma de corazón.
Este tipo de un complemento siempre vuelve y es protagonista en todo el mundo, en un contexto oportuno para reivindicar su vigencia como uno de los accesorios femeninos más icónicos de todos los tiempos. Sobre la pasarela se pudieron ver novedades millenials llamativas de tinte adolescente; entre ellos: los desfiles de Christopher Kane y Gucci.
Las clásicas gafas de sol Lolita responden a formas más depuradas y minimal, limpias y simples, acorde a los gustos de la generación de consumidores nacidos en los 2000 y, sin dudas, es relevante la cuota favorecedora que aporta la histriónica versión con formas de corazón.
Lo bueno de las tendencias es que se abren como abánicos ofreciendo todas sus posibles opciones.