El verano en Japón está repleto de colores y magia. Entre los meses de julio y agosto, se realizan unos 200 festivales de fuegos artificiales que llevan el nombre de “hanabi taikai”; una tradición alegre que se realiza desde el siglo 18. En muchos de esos eventos, los pirotécnicos compiten entre sí para crear el mejor show, prestándole una atención especial a las diferentes escalas, colores y diseños.
El fotógrafo Keisuke fue recorriendo varios de los eventos nocturnos de este verano y fotografió los momentos más espectaculares de sus noches, para mostrarle a sus espectadores la obra de arte que se arma en el cielo con cada fuego artificial. A sus 25 años, el artista ya recibió varios premios y reconocimientos por sus fotografías de paisajes japoneses con los que se ganó más de 27 mil seguidores.