El cheesecake es muy versátil en sus formas, permite varias combinaciones y la utilización de muchos ingredientes diferentes. Ya les enseñamos a hacer un cheesecake de Oreo y otro de Ferrero Rocher. Para sumarle a la lista de tortas-bomba, les compartimos esta receta para que prueben la choco-cheesecake: ideal para darse un permitido a la noche, después de comer.
INGREDIENTES:
Para la base:
- 165 gramos de Oreo (sin relleno) trituradas
- 80 gramos de manteca
Para el relleno:
- 350 g de chocolate negro, troceado
- 700 g de queso fresco tipo Philadelphia a temperatura ambiente
- 215 g de azúcar blanco
- 3 huevos
- 2 cditas. de extracto de vainilla
- 230 g de nata líquida de montar
Para el ganache:
- 220 g de chocolate
- 220 ml de nata líquida de montar
- 1 cda. y media de manteca
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 180º grados. Engrasamos nuestro molde desmontable de 26 cms o de 20cms, según la receta elegida. Derretimos la manteca y la mezclamos bien con las galletas oreo trituradas. Cubrimos la base del molde con esta mezcla. Horneamos unos 8 minutos hasta que se vea asentada. Sacamos del horno y reservamos.
Para preparar la masa: Colocamos el chocolate troceado en un bol resistente al calor. Calentamos la nata de montar y cuando empiece a hervir la echamos sobre el chocolate. Dejamos esperar 1 minuto y entonces removemos hasta lograr un ganaché brillante y homogéneo, sin restos de trocitos de chocolate. Reservamos.
En el bol de la batidora, batimos el queso con el azúcar, a velocidad baja siempre, para evitar la formación de burbujas de aire en nuestra masa. Añadimos los huevos, uno a uno y la vainilla.. Una vez la mezcla es homogénea, paramos la batidora, incorporamos el ganache todo junto, y mezclamos de nuevo a velocidad baja siempre.
Vertemos la masa en el bol, alisamos la superficie con una lengua de silicona. Horneamos 15 minutos a 180º y luego bajamos la temperatura a 120° y continuamos horneando, al menos, 60 -70 minutos, o hasta que toda la superficie haya cuajado y sólo quede el centro un poco húmedo.
Una vez fuera del horno, dejamos enfriar a temperatura ambiente (SIN DESMOLDAR) y después la metemos al frigorífico un par de horas (mínimo) para que logre la consistencia adecuada. Importante no meter la tarta caliente a la nevera o corréis el riesgo de que se raje por arriba.
Antes de servir, preparamos el ganache de chocolate de decoración: colocamos el chocolate troceado en un bol resistente al calor. Calentamos la nata de montar y cuando empiece a hervir la echamos sobre el chocolate. Dejamos esperar 1 minuto y entonces removemos hasta lograr un ganaché brillante y homogéneo, sin restos de trocitos de chocolate. Añadimos la mantequilla en trocitos y removemos hasta que se disuelva por completo.
Desmoldamos el cheesecake con cuidado y extendemos el ganaché por encima con ayuda de una espátula o una cuchara.